En el mar el panorama es igualmente sobrecogedor, parece como si las olas estuviesen brincando por encima de incontables linternas m gicas multicolores, y mar y cielo se unen en lontananza en un rojo amanecer. Es la aurora matinal. Entonces, conforme avanza el d a, los objetos, que antes eran siluetas, van tomando sus formas reales, y el sol, al tiempo que cobra fuerza, se levanta muy por encima de las monta as y se vuelve imponente; ya nadie se atreve a mirarlo directamente ni a menospreciar su fuerza. Y, es que la luz de la aurora ha ido en aumento hasta llegar al cenit, el punto m s alto, m s claro y m s vivo del sol sobre la tierra. As es, o as debiera ser, la vida del cristiano que empieza como un incipiente amanecer. | Como La Luz De La Aurora by Pedro Guzmán Reyna, Paperback | Indigo Chapters